Tras casi seis semanas de confinamiento a causa del COVID-19, que ha dejado en España más de veintidós mil muertos hasta el día de hoy, muchas son las familias que se preguntan si se podrá o no volver a las aulas antes de que finalice el presente curso académico. Sin embargo, y a falta de confirmar informaciones, parece que, en caso de un posible retorno a las clases, serán solo los de cuarto de la ESO y los de Bachillerato los que lo hagan. Es preciso recordar que, en el caso de Bachillerato, los alumnos de segundo curso tienen que presentarse a la EBAU, pospuesta ya para el mes de julio en todas las Comunidades Autónomas.
Hay comunidades que ya han comenzado a planificar el calendario escolar del año que viene mientras el Gobierno aún no ha dado directrices de actuación, algo que deja al descubierto una vez más la falta de organización y de previsión. ¿Seguirá el Gobierno controlando la educación o permitirá a las Comunidades Autónomas organizarse en función de la situación? Es posible que después de esta situación se plantee de verdad centralizar la educación y eliminar la competencia a las CCAA.
En cuanto al próximo curso escolar, haciendo referencia a la seguridad sanitaria, ¿se realizarán test a los alumnos? En el caso de que se consiguiera hacer test a los alumnos, sería justo realizar una segregación en el centro, dentro de las aulas, o se quedarían en casa aquellos alumnos que en su entorno familiar hubiera casos de positivos, continuarán las clases en paralelo de forma online. Todas las respuestas a estas preguntas son las que la comunidad educativa espera una respuesta.
Pero, y el después, ¿cómo será? Se está hablando de que en septiembre, con el nuevo curso escolar volverá a existir un repunte de casos. En este caso, las aulas de la Educación Secundaria Obligatoria, tienen un límite de estudiantes por aula de unos treinta estudiantes, no pudiendo superar la cifra, lo que en las aulas actuales y con el metro y medio o dos metros de distancia para evitar contagios se puede traducir en una situación difícil. En el caso de bachiller la situación es peor, las clases de bachillerato ya sufrían por el ratio de alumnado por aula, siendo muchos más los estudiantes que esos treinta que nos encontramos en la ESO. Por lo que, ¿qué podemos hacer para volver a las aulas? Lo más evidente sería reducir los ratios de estudiantes por aula, pero eso supondría tener que aumentar el número de clases por aula para poder llevar a cabo las clases magistrales en condiciones de seguridad. Pero ¿está preparado nuestro sistema educativo para aumentar el número de docentes, la amplitud de espacios para impartir las clases, o modificar los horarios en dos turnos para reducir los ratios, aumentando la contratación de docentes? Personalmente creo que no, por lo que habrá que esperar a que medidas se pueden llevar a cabo. Y respecto a las metodologías, ¿que podemos hacer? puesto que el contacto se va a tener que restringir, ¿Se podrá llevar a cabo el trabajo cooperativo en el aula? ¿Se tendrá que volver a la clase magistral tradicional? ¿Se optará más por medios digitales? Pues son preguntas que se tendrán que resolver según la situación de cada centro, al fin y al cabo.
En China, por ejemplo, primer país en registrar casos por el coronavirus, se ha comenzado la vuelta a las aulas progresivamente y los alumnos lo hacen cada uno con su mascarilla, además de tener en cada pupitre una especie de mampara que los separa a unos de otros. ¿Es esto posible en España? Ya no solo en cuanto a espacio o material, sino que ¿están preparados psicológicamente los alumnos, sobre todo los más pequeños, para acudir a los centros en esas condiciones? ¿Tienen miedo? Los más pequeños, han sido en su gran mayoría un ejemplo en los hogares durante el confinamiento, han interiorizado tanto que había un “bicho” fuera que no les dejaba salir a la calle, que a pesar de las ganas, han tenido miedo. Los niños, como todos, quieren salir y volver a la normalidad, quieren jugar en los parques y acudir a las aulas a ver a sus amigos e incluso hasta a los profesores. Pero quieren hacerlo como antes, como siempre, no con miedo. Como todos.
Qué de reflexiones interesantes aportáis. Las ratios son y han sido siempre un problema, no tengo mucha fe en que se rebajen aunque sería lo apropiado. En cuanto al miedo, va a tardar mucho es irse del imaginario colectivo, pero esperemos que los más pequeños vuelvan a sentirse libres
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